25 octubre - 3 mayo 2026
Uno de los eventos culturales más esperados del año: la exposición histórica que presenta 130 obras maestras de los principales museos egipcios. Una oportunidad única para explorar el arte, la espiritualidad y la vida cotidiana del antiguo Egipto a través de piezas de extraordinario valor, muchas de las cuales se exhiben por primera vez en Italia.
Scuderie del Quirinale – via Ventiquattro Maggio, 16
La exposición representa una de las más importantes jamás organizadas en Italia sobre el antiguo Egipto, después de la muestra en el Palazzo Grassi de Venecia en 2002-2003, gracias a la colaboración entre las Scuderie, el Ministerio de Cultura y el Museo Egipcio de El Cairo, el museo egipcio más antiguo del mundo, fundado en 1902. En exhibición, más de 130 hallazgos extraordinarios procedentes de las colecciones permanentes del museo egipcio y del Museo de Luxor, que narran más de tres mil años de historia, religión y arte faraónico.
Comisariada por el egiptólogo Tarek El Awady y acompañada por un catálogo redactado por Zahi Hawass, la muestra ofrece un viaje inmersivo a la antigua civilización egipcia, explorando temas que van desde la realeza divina hasta la vida cotidiana, desde los rituales funerarios hasta los descubrimientos arqueológicos más recientes.
La civilización egipcia, desarrollada a lo largo de las orillas del Nilo desde el IV milenio a.C., ha influido de manera profunda y duradera en la historia del Mediterráneo y del Cercano Oriente. Su extraordinaria longevidad, con más de tres mil años de continuidad cultural y política, representa un caso único en la historia de la antigüedad. Esta civilización dio origen a un patrimonio de conocimientos religiosos, artísticos, científicos y sociales que aún hoy despierta admiración y estimula nuevas investigaciones arqueológicas e históricas.
La monumentalidad de sus arquitecturas – como las pirámides de Guiza, el templo de Karnak y el Valle de los Reyes – es solo uno de los aspectos que manifiestan la grandeza egipcia. A esto se suman una lengua escrita compleja (jeroglíficos), una religión sumamente articulada basada en un panteón de más de dos mil divinidades, una visión del mundo fundada en el equilibrio cósmico del Ma’at, y prácticas funerarias refinadísimas. Su concepción del tiempo, cíclica y marcada por los ritmos agrícolas del Nilo, está profundamente conectada a su idea de eternidad, que encuentra plena expresión en el arte funerario y los ritos de momificación.
A través de los milenios, la cultura egipcia ha ejercido un constante encanto: primero sobre griegos y romanos, que retomaron sus símbolos y ritos; luego sobre el Renacimiento y el Neoclasicismo europeos; y finalmente sobre la cultura popular contemporánea, desde las artes visuales hasta la literatura, pasando por el cine. Egipto es hoy uno de los lugares donde la historia antigua está más visiblemente presente en la vida cotidiana: templos, necrópolis y museos dialogan continuamente con la modernidad.
La exposición se inserta precisamente en esta dimensión de continuidad y redescubrimiento. Al visitarla, el público tiene la posibilidad no solo de admirar objetos de incomparable belleza y significado, sino también de enfrentarse con la extraordinaria riqueza simbólica de un mundo en el que cada gesto, material o forma artística reflejaba una precisa concepción de la realidad, de la vida y de la muerte.
Preservar, estudiar y valorizar esta herencia milenaria es la tarea a la que se dedican las grandes instituciones museísticas egipcias. Entre ellas, destaca el Museo Egipcio de El Cairo, que representa no solo el principal punto de referencia para el estudio del antiguo Egipto, sino también un símbolo identitario para el pueblo egipcio. Sus colecciones narran de forma directa, material y tangible la grandeza de una civilización que sentó las bases de numerosos conceptos fundamentales de la cultura occidental: la arquitectura sagrada, la burocracia, el derecho escrito, la representación divina del poder.
En el contexto contemporáneo, la función del museo se ha ampliado: de lugar de conservación a centro de formación, diálogo e investigación. La colaboración entre el Museo Egipcio de El Cairo y las instituciones museísticas internacionales, como ocurre con esta exposición acogida en las Scuderie del Quirinale, es hoy uno de los instrumentos más eficaces para garantizar la transmisión global del saber histórico y la promoción de un patrimonio que es, a todos los efectos, universal.
Inaugurado oficialmente en 1902, el Museo Egipcio de El Cairo es el museo más antiguo y más grande del mundo dedicado enteramente al antiguo Egipto. Situado en la plaza Tahrir, en el corazón de la capital egipcia, representa una auténtica enciclopedia tridimensional de la antigüedad, capaz de reunir y narrar toda la historia faraónica, desde la época predinástica (alrededor del 5000 a.C.) hasta la era grecorromana. El museo fue concebido en un momento crucial para la arqueología egipcia: el final del siglo XIX, periodo de grandes excavaciones y descubrimientos históricos.
Su creación fue posible gracias al compromiso del egiptólogo francés Gaston Maspero, quien contribuyó a la definición de las primeras políticas de salvaguarda del patrimonio nacional egipcio, oponiéndose a la dispersión de hallazgos en el extranjero. El proyecto arquitectónico fue confiado a Marcel Dourgnon, quien realizó un edificio imponente en estilo neoclásico europeo, pensado para albergar y valorizar miles de objetos antiguos.
Actualmente, el Museo Egipcio de El Cairo conserva más de 120.000 hallazgos, expuestos en 107 salas. Entre las colecciones más célebres se encuentran:
A pesar de su importancia histórica y científica, el Museo Egipcio de El Cairo está viviendo una fase de transformación. Con la inminente apertura del Grand Egyptian Museum (GEM) en Guiza – el complejo museístico más grande jamás construido para el antiguo Egipto – parte de las colecciones serán trasladadas a espacios más modernos y tecnológicamente avanzados. Sin embargo, el museo de la plaza Tahrir no perderá su centralidad: será restaurado y renovado, asumiendo una función complementaria al GEM, con un enfoque en la valorización del contexto urbano y de la historia de la egiptología.
En este escenario de transición, la exposición representa una oportunidad para que el museo de El Cairo continúe desempeñando un papel activo en la promoción internacional de la cultura egipcia. Prestar obras a instituciones como las Scuderie del Quirinale significa no solo amplificar la visibilidad del patrimonio egipcio, sino también consolidar una red global de colaboración científica y cultural.
El valor del Museo Egipcio de El Cairo no reside únicamente en la cantidad o en la calidad de sus colecciones, sino en su capacidad para evocar una época y hacer accesible una civilización que moldeó el mundo antiguo. Al visitarlo, se percibe el aliento de la historia en cada sala, en cada objeto expuesto. Es un lugar donde el tiempo parece suspendido, y donde el pasado dialoga constantemente con el presente, ofreciendo herramientas para comprender no solo lo que fue, sino también lo que aún somos.
Entre estatuas monumentales, objetos rituales, papiros y joyas, el visitante será guiado por un recorrido expositivo que devuelve la grandeza y la complejidad de una civilización que sigue despertando admiración y misterio. La muestra forma parte de un programa más amplio de colaboración cultural entre Italia y Egipto, con el objetivo de valorizar el patrimonio arqueológico y museístico internacional.
La exposición se articula en seis secciones principales, cada una dedicada a un aspecto fundamental de la civilización egipcia:
Esta sección explora la figura del faraón como intermediario entre los dioses y los hombres, a través de estatuas reales, relieves monumentales e inscripciones oficiales. Entre las obras expuestas destaca la Tríada de Micerino, una obra maestra del Reino Antiguo que representa al soberano acompañado por la diosa Hathor y una deidad local, símbolo de la conexión entre el poder terrenal y el divino.
La religión impregnaba cada aspecto de la vida egipcia. En esta sección, objetos de culto, amuletos, estatuillas votivas y papiros ilustrados permiten profundizar en el panteón egipcio y en los rituales relacionados con la muerte y el renacimiento. Especialmente sugestiva es la presencia de una copia del Libro de los Muertos, perfectamente conservada y pintada sobre un papiro de más de cinco metros de largo.
La sección dedicada al arte egipcio presenta obras de gran valor estético y simbólico: estelas pintadas, bajorrelieves, vasijas ceremoniales y joyas reales. El arte no tenía una función meramente decorativa, sino que transmitía mensajes religiosos y políticos. Un refinado pectoral de oro y piedras preciosas que perteneció a la reina Tiye testimonia el nivel alcanzado por la orfebrería egipcia en el Reino Nuevo.
Una de las secciones más evocadoras es la dedicada al culto funerario y al concepto de inmortalidad. Sarcófagos, máscaras funerarias, ushebtis y ofrendas votivas ilustran los complejos rituales relacionados con el entierro. Entre los objetos expuestos destaca el sarcófago de madera policromada de un sacerdote de Amón, nunca antes exhibido fuera de Egipto.
Gracias a reconstrucciones escenográficas y restos originales, el visitante puede entrar simbólicamente en una tumba tebana y comprender la visión egipcia de la vida después de la muerte. La rica decoración de las paredes, reproducida fielmente, testimonia la importancia atribuida a la iconografía sagrada.
Un enfoque especial está dedicado a la “Ciudad de Oro”, una de las excavaciones más importantes de las últimas décadas, que ha sacado a la luz un gran asentamiento urbano datado en el reinado de Amenhotep III y Aj-en-Atón. Este descubrimiento ofrece una perspectiva nueva e íntima sobre la sociedad egipcia, destacando el ingenio y la habilidad de quienes contribuyeron a la construcción de los grandes monumentos de la antigüedad.
La muestra representa una oportunidad única para admirar obras maestras habitualmente inaccesibles, conservadas en museos egipcios que han prestado algunas de sus piezas más valiosas. El alto nivel curatorial, el montaje escenográfico y la calidad de los hallazgos hacen que la experiencia sea especialmente significativa, tanto para estudiosos como para aficionados.
La instalación de la exposición está concebida como un recorrido inmersivo, que acompaña al visitante a través de los múltiples aspectos de la civilización egipcia. Cada hallazgo se presenta en un contexto narrativo que resalta su función original y su carga simbólica.
Junto a la exposición, se han previsto encuentros de profundización, conferencias, visitas guiadas y talleres para niños, con el objetivo de acercar a un público heterogéneo a la historia del antiguo Egipto. El programa de eventos paralelos estará disponible en el sitio oficial de las Scuderie del Quirinale.
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