Capilla Sixtina
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La Capilla Sixtina es una estructura que pertenece al «palacio apostólico del Vaticano», un edificio de más de mil habitaciones que incluye los Museos Vaticano y apartamentos papales. Si bien éste edificio sea uno de los 18 palacios apostólicos (también palacios papales y palacios pontífices) que se encuentran en Italia, principalmente en Roma, hoy con dicho nombre se refiere únicamente al «palacio apostólico del Vaticano».
Antiguedad: La Capilla Magna
La Capilla Sixtina nace de los restos de la Capilla Magna (también Capilla Domini Pape), una de las tres estructuras de las cuales nos cuenta Giannozzo Manetti en la biografía de Papa Nicolás V en el 1455, situada en el jardín vaticano llamado «paraíso». La estructura de la Capilla Magna estaba compuesta por muros autoportantes realizados con ladrillos oblicuos que se desarrollaban en tres niveles.
La hipótesis más acertada es que fuese construida bajo el mandado de papa Inocencio III (1161- 16 julio 1216). No tenemos dudas de que el famoso papa había construido la primera sala para sus cruzadas contra los herejes , que tiene la función de antesala para la Capilla Magna. Esta resulta perfectamente en paralelo a la Basílica de San Pedro y al mismo tiempo perfectamente alineada en el eje este-oeste con la futura Capilla Sixtina (como se observa en la fig.1). Se puede deducir que estas fueron realizas por el mismo papa, y que representan la «habitación y la capilla» de la cual se habla en algunos documentos biográficos 1.
En el grabado sobre cobre (fig. 2) datado del 1578, el arquitecto y pintor francés Étienne Dupérac representó la Capilla Magna durante una misa del pontífice antes de ser reconstruida (lat. «maiestatis pontificie dum in capella xisti sacra peragantur accurata delineatio»). El interno tenía un techo plano en madera así como el suelo en madera, tapetes con decoraciones florales sobre paredes y una gran fresco detrás del altar que representaba la asunción de la Virgen Maria (nota: las personas retratadas son desproporcionadas respecto a las dimensiones reales)
La construcción de la Capilla Sixtina como la conocemos hoy en día fue comisionada por Sixto IV, elegido como papa en el 1471. El proyecto nacía en un contexto más general de recuperación de monumentos abandonados durante la cautividad de Aviñón.
A diferencia de las declaraciones en un panegírico de Sixto IV, la Capilla Sixtina no fue creada desde cero, más bien se decide conservar las paredes medievales, aunque estas fuesen irregulares, de la Capilla Magna hasta la altura de la primera cornisa. La demolición de la Capilla Magna inicio probablemente durante la segunda mitad del 1475, ya que la nueva capilla debió haber estado en construcción al inicio de 1476 2.
El proyecto , obra de Baccio Pontelli, preveía un fortalecimiento sustancial de las paredes gracias a la cortina de ladrillo que fue empezada por Giovannino de’ Dolci (ambos arquitectos florentinos)
La primera misa se celebró el 15 de agosto de 1483, con ocasión de la fiesta de la Anunciación de la Virgen, durante la cual la capilla fue consagrada y dedicada a la Virgen Maria.
Las labores de decoración pictórica del interior se presume que empezaron en la segunda mitad del año 1481 y hasta por lo menos la mitad de mayo de 1482. Se muestra en la descripción dada por Andreas Trapezuntius, secretario privado del Papa Sixto IV, que describe la capilla como completa («omni ex parte») ya en el verano del 1482 3.
La pared oeste, detrás del altar, fue pintada por Perugino mientras la bóveda, decorada con un cielo estrellado, fue obra de Piermatteo d’Amelia. En el 1481 fueron pintados cuatro recuadros en la pared norte por Sandro Botticelli, Cosimo Rosselli y Domenico Ghirlandaio. Sucesivamente, en la pared este (pared de la entrada desde la Primera Sala) fueron realizados el «testamento de Moisés» y la «Disputa alrededor del cuerpo de Moisés» por el pintor de Cortona Luca Signorelli.
A principios del siglo XVI la Capilla Sixtina sufrió daños importantes debidos probablemente a las labores de la nueva Basílica de San Pedro, que se concentraron principalmente en una importante grieta en la bóveda. Bramante, el arquitecto del palacio, se esforzó utilizando una serie de cadenas metálicas y sellando la grieta, pero el cielo estrellado de Piermatteo d’Amelia se arruinó irremediablemente.
A pesar de las malas relaciones entre los dos, Julio II decidió encomendar la decoración de la bóveda a Miguel Ángel Buonarroti, que regresó en 1508 a Roma para firmar el contrato y comenzar las obras.
Los daños a las fundaciones y a los frescos
Las fundaciones demostraron durante los siguientes años ser inestables, al punto que el día de Navidad del 1522 se derrumbó el arquitrabe de la pared este rozando al papa Adriano VI, matando a un guardia suizo. En el intento de poner a salvo la Capilla Sixtina se produjeron otros daños a dos frescos pertenecientes a las «Historias de Moisés» que fueron posteriormente pintadas de nuevo por Hendrick Van de Broeck e Matteo da Lecce.
Entre 1536 y 1541 a Miguel Ángel Buonarroti le fue encargada, por Clemente VII, la realización del enorme fresco del «Juicio Universal«. Para realizar esta obra Miguel Ángel destruyó dos lunetas que estaban en fase de aplicación del yeso en 1537.
Tal obra realizada sobre la pared oeste detrás del altar, provocó importantes peleas entre el cardenal Carafa (sucesivamente papa Pablo IV) y Miguel Ángel. El objeto de la disputa era la representación de los desnudos, considerados obscenos. Después de la muerte de Miguel Ángel, el Consejo de Trento promulgó la «Pictura in Cappella Ap[ostoli]ca copriantur», una ley que censuraba los desnudos en el arte religiosa.
Daniele Ricciarelli (también llamado Daniele da Volterra) es el responsable de los paños y la hojas de higo que cubren las figuras desnudas, esta intervención fue llevada a cabo en 1565.
La capilla Sixtina es una estructura de base rectangular cubierta por una bóveda de cañón rebajada, en las que las intersecciones con las velas se forman lunetas. Bajo las seis lunetas por cada lado se encuentran ventanas a arco, única fuente de luz para todo el ambiente.
Las medidas externas de la planta son las mismas de la capilla Magna, a la cual se agrega la fila perimetral de ladrillos. Las dimensiones externas total de la Capilla Sixtina son:
| Largo (eje este-oeste) | 40,5 metros |
| Largo, pared este | 13,78 metros |
| Largo, pared oeste | 13,11 metros |
| Altura | 20,70 metros |
La bóveda fue realizada entre 1508 y 1512 por Miguel Ángel Buonarroti. Es considerada una de las obras maestras más grandes del arte de todos los tiempos. Narra las «Historias de Jesús y Moisés» antes de que este recibiera la «Tablas de la Ley».
Considerando la importancia de esta obra, nos dedicaremos a profundizar el tema.
Los frescos de la Capilla Sixtina siguen el ritmo de las ventanas que dividen el espacio. Es posible dividir los frescos en tres diferentes registros:
El ambiente de la Capilla Sixtina está dividido en el eje este- oeste por una mampara marmórea realizada por Mino da Fiesole, Andrea Bregno y Giovanni Dalmata. Esto permite de dividir el espacio de la zona destinada al servicio religioso («Sancta Sanctorum») a aquella destinada a los creyentes. A lo largo de los años la posición ha cambiado: mientras antes era hacia el centro de la sala, la altura de la «Creación de Eva», hoy se ha retrocedido, para ampliar el espacio para los servicios religiosos.
La base portante de la mampara está finamente decorada con bajorrelieves de mármol, donde se distingue el escudo pontificio de Sixto IV sostenido por putti, mientras columnas intercaladas por redes metálicas sostienen el arquitrabe. En el centro, el pasaje hacia la «Sancta Sanctorum».
Durante la celebraciones religiosas el primer nivel del las paredes de la Capilla Sixtina estaba cubierto por una serie de tapices comisionados por el papa León X, diseñados por Refael y realizados por un artista flamenco en la bodega del famoso tapicero Pieter van Aelst entre 1515 y 1521. Estos tapices, de cinco metros de largo y cuatro de alto, reproducen historias del evangelio y del los «Actos de los apóstoles» relacionadas con San Pedro y San Pablo. Hoy los tapices se encuentran en la Pinacoteca del Vaticano, precisamente en la sala VIII («Salón de Rafael»).
El febrero de 2020, para la celebración del quinto centenario de la muerte de Rafael fueron reinstalados los tapices en la sede original y admirados por el publico durante su visita a la Capilla Sixtina .
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